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Venimos a ti, Señor,
para escuchar tu Palabra,
que nos redime y libera
y nos hace fuertes en el combate.
En medio del fuego del mundo
queremos escuchar a tu Hijo amado
para ser verdaderos discípulos.
Sin tu Palabra
no hay alegría posible,
sin estar a tu escucha,
no existe el gozo de seguirte.
iHaznos, Señor,
creer verdaderamente en tu amor
para caminar en fidelidad
y ser testigos en el mundo.
A veces, Señor ,
cuando llega la prueba,
sólo necesitamos salida en ti,
para seguir hacia delante,
fiándonos de tus planes de amor.
Queremos escucharte siempre
poniendo esperanzas
en nuestros corazones desgarrados
y llenando de tu ternura
nuestro planeta. Amén.